miércoles, 20 de julio de 2011

La Cámara de Comercio de Santander, talaría arboles cerca al rio Quilichao



 Según versiones de directivos de la universidad del Cauca y miembros del grupo literario, “El bosque de las heliconias”, sus vecinos de la Cámara de Comercio, tienen entre sus proyectos, talar todos los arboles del solar contiguo, para construir un hermoso parqueadero perfectamente pavimentado, digno de una “ciudad región”, a fin con el progreso de esta urbe sin destino…O, mejor, de este pueblo inviable para todos.
A todas estas, la comunidad se pregunta si la Cámara de Comercio de Santander es solo una entidad captadora de millonarias sumas de dinero proveniente de los impuestos de industria comercio de las empresas locales, y de las fábricas asentadas en la zona industrial.
¿Cuánto le aporta el norte del Cauca a Popayán por recaudo de estos impuestos? ¿De qué manera se involucra esa entidad con este pueblo olvidado? Averígüelo, Silvio Vargas, Chaman del rio, señor de las fuerzas telúricas.
Parece que a veces capacitan a los tenderos y a los negociantes para que puedan cumplir con sus obligaciones tributarias sin traumatismos (para comerte mejor, “como el lobo”).O ayudan a pagar un afiche de un evento que nunca organizan, o les pagan a sus áulicos de la prensa local para que los llamen “dotores” y promuevan sus elecciones internas.Pero para Quilichao, la Cámara de Comercio no aporta nada de ver (migajas…) en relación con la plata que se llevan de aquí.
Bien decía el ilustre personaje, don Silvio Medina Abella, periodista insigne independiente, de este patio huérfano de especies de su jaez; que aquí necesitamos una Cámara de Comercio del norte del Cauca; y hasta tenía un proyecto muy bien sustentado. Pero se lo llevo antes de tiempo, esa flaca molesta, que hoy tiene apuntado hasta al Comandante Chávez, y el asunto se quedó en el aire (como la Casa de la Cultura del pueblo).
Lo que no se hace de una vez, no se hace nunca, y ahora que la Cámara de Comercio de Quilichao, va a atentar contra el patrimonio paisajístico y ecológico de la Comunidad, pues a lo mejor tiene la bendición de todos los gremios progresistas: los de “la ciudad región” y los “grandes pasos,” y los orinales más costosos del norte del Cauca, en el mercado público.
Tampoco es de extrañar que la CRC, que construyo su sede campestre -de reposo- a muy pocos metros del agonizante rio Quilichao y vecina a la Cámara de Comercio,  se solidarice con esta entidad y permita talar este molesto bosque, donde viven chuchas, azulejos, gavilanes, colibríes, cucaracheros, torcazas, lechuzas, murciélagos, pitojuies, mariposas… Y además hace parte de ese entorno maravilloso, donde se ubica la primera fuente de agua que hubo en Santander de Quilichao, al interior de la universidad del Cauca.
Allí se filmaron algunas escenas de la película La mansión de Araucaima, basada en la novela de Álvaro Mutis y dirigida por Carlos Mayolo. Recuerdo que los protagonistas estaban encantados con ese lugar tan extraño, misterioso y exótico a la vez. Pero, para los negociantes ninguna de estas sensaciones es válida, menos el argumento de que ese bosque encantado es un patrimonio histórico de Quilichao, un pulmón para su “ciudad tugurio”. En fin, solo es un montón de leña, que las carretillas de caballos han de recoger pronto.
Y nadie se va a tocar, ni la universidad del Cauca, que debería comprar el predio, ni la administración municipal, que debería velar por el patrimonio paisajístico y la salud de la ciudadanía. En cambio, autoriza a la empresa de gas PROGASUR, a pasar por la mitad del pueblo, sin consultar con la comunidad y poniendo en peligro permanente a sus coterráneos.
Aunque, se espera que contraviniendo todas las expectativas negativas, el recién creado Centro Municipal de Memoria Histórica, adelante una Acción Popular, para reclamar ese bello paraje de Quilichao, como patrimonio ecológico, paisajístico, histórico, como jardín botánico, o como un lugar emblemático, de reposo; que remplace algún día al deteriorado parque Santander.